Duele la palabra en la mano que no sueña con el verso. Duele aún sin saber que le hinca en lo más profundo de su prosa. Aquella mano que se niega a la pluma y al papel. Duélele tanto, que cuando se abre, de sus dedos brotan caricias al vacío.

miércoles, 22 de agosto de 2018

Cuando yo era niña...

De hace algún tiempo atrás... En mi facebook:

Cuando era niña me gustaba jugar con mi perro. Competir con todos los niños de la cuadra a ver quien llegaba primero a la esquina corriendo. Saltaba la cuerda sin cansarme todo el día. Podía ver una peli de muñes cada vez como si fuese la primera. Me colgaba de las piernas en el almendro del patio hasta dolerme la cabeza. Cerraba los ojos e imaginaba que podía volar en lo alto de una colina. No me molestaba el sol de la playa ni el lodo en mis zapatos. Los días de lluvia hacia una fiesta en cada charco. Creia que me podía comer todos los dulces del mundo. Pensaba que bueno seria hablar con los animales aunque estaba completamente segura que me podían entender cuando les platicaba. Mi juguete preferido fue un pedazo de madera que mi abuelo me preparó y pulimentó y yo lo decoré con plumas de colores en sus dos extremos, quería ser malabarista. Soñaba que podía alcanzar todas mis metas. Para ese entonces creía que el tiempo era infinito y que siempre iba a ser pequeña. La adultez estaba muy lejana y yo añoraba despertar adulta la mañana siguiente. Cuando era niña nunca pensé que crecer me duraría toda la vida y que hoy luego de tantos años, espero cada amanecer despertar siendo la niña que un día fuí.

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