Quiero contarte una historia diferente, de esas de las que nadie habla pero que siembra sonrisas traviesas en los labios de quien las lleva dentro, como un talismán. Te la regalo.
Era luna y brillaba en la noche de abril. Era blanca y redonda allí donde sus pechos rebotaban lozanos y serenos... allí debajo de la curva de su espalda... allí al filo de sus caderas. Sus muslos parecían tallados por las manos de los dioses, su vientre guardaba mil mariposas dormidas en sus capullos y el rosa de sus labios gruesos contrastaba con el ébano de sus cabellos ondulados y largos que cubrían, casi acariciando, su inocente desnudez. Era oscuridad pero no hacia falta mas luz que la que emanaba de su rostro encendido de gloria y entre gemido y risa se escapaba una promesa de goce celestial.
_ Quédate esta noche...
_ Qué me darás?
_ Otro beso.
_ Más que eso...
La aprieta con toda su fuerza y ella suelta un quejido juguetón.
_ Calma... Dime... Del cero al 10, cuanto me quieres?
_ Del cero al 10, cuanto tú crees?
_ Yo soy la que responde con preguntas!_ Sonríe muy cerca de su rostro y el se derrite, se desarma.
_ 11
_ No, no me quieres... no lo suficiente. _ pega su afilada barbilla contra el pecho y su hermosa sonrisa desaparece bajo la sombra que cubre su rostro. _ Si me quisieras te quedaras esta noche...
_ No puedo. Quiero y lo sabes... pero...
_ Pero, siempre el pero... El que quiere puede!
Se levanta del lecho aún tibio y húmedo. Camina hacia la ventana gigantesca y corre las cortinas, una luz tenue atraviesa el cristal y el marfil de su piel brilla en la penumbra. Él está recostado y su boca como un compás deja escapar un suspiro hecho gloria. No consigue pensar con claridad, apenas balbucea par de palabras sin sentido... para ella, claro.
_ Yo quiero...
_ Ya sabes que...
_ No! No es eso! Yo quiero que sepas que yo sí te quiero y mucho!_ Camina lentamente hacia El
_ Si serás sinvergüenza! Ya no encuentras con qué ablandarme el sentimiento!_ Estalla en una carcajada mientras se agarra la cabeza con ambas manos y luego le extiende los brazos, Ella se acurruca entre ellos como un pequeño animalito lo hiciera en el regazo de su dueño.
_ No me importa que lo sepas. No tengo miedo de que juegues conmigo... es más... quiero que lo hagas.
_ De qué hablas ahora?
_ Quiero que no paremos de jugar. Seamos ingenuos y olvidémonos del mundo. Nuestro mundo es ahora, aquí.
_ No me gusta cuando hablas de esa manera. Sabes que soy un hombre simple y siempre eliges palabras complejas. Yo no estoy jugando, también te quiero y eso lo sabes, pero...
_ Peros!_ Espeta, suspira y el peso es su pecho pone punto final a sus palabras.
_ Me voy, vístete y te llevo a casa.
El se levanta y esta vez ella se queda entre las sábanas, lo observa vestirse con tristeza.
_ Mira la hora! Vamos!
_ Vete tú, yo me quedo. No tengo ganas de irme ahora. A fin de cuentas a mi nadie me espera.
_ No empieces!
_ Es mentira? Vete! Yo voy a dormir un rato, estoy cansada.
_ Dale chica... como te voy a dejar aquí solita? Y si te roban?
_ Tu mal... Allá tú!
_ No te pongas así, ven mi peque... mi bombón... mi cosa linda!
_ No quiero.
_ Ves? Por eso no voy a buscarte, después no quieres regresar.
_ Ahí radica nuestro problema. Tu amor es ardiente, pero más fugaz que un meteorito atravesando la estratosfera.
_ Haz como quieras entonces.
_ Bien.
_ Bien.
El sale como perro que leva el diablo y tras de si cae la puerta como si cayera el cielo sobre la tierra en un momento. Queda sola en la habitación, sola consigo misma y con el silencio. Se mete completamente debajo del edredón y solloza como un niño sin hogar y sin consuelo.
Camina furioso hasta la entrada del Hotel, la recepcionista lo observa inquisitiva... El sabe lo que pregunta sin palabras y se apresura a responderle:
_ Ella se irá más tarde..._ La otra asiente desde el mostrador con una sonrisa de muñeca de porcelana antigua.
Va mascullando pequeños insultos al reloj, al destino, a la noche sin luna...
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