Duele la palabra en la mano que no sueña con el verso. Duele aún sin saber que le hinca en lo más profundo de su prosa. Aquella mano que se niega a la pluma y al papel. Duélele tanto, que cuando se abre, de sus dedos brotan caricias al vacío.

domingo, 10 de mayo de 2020

Cuando te sientas triste


Ser feliz es tan simple como querer serlo. A pesar de las lágrimas, del dolor, de la incertidumbre, de la ausencia, de los reproches que te haces desde el espejo, de la multitud que te señala, de las expectativas ajenas y hasta de las propias. A pesar de los sueños rotos y de toda la soledad. A pesar de ti misma. Ser feliz es tan simple como mirar los cerezos y suspirar sin motivos, acostarse sobre la hierba y regalar tus pensamientos al universo. Y abrazar tus tinieblas y besar a tus muertos. Ser feliz con poco, con casi nada. Pero ser feliz porque sí. Porque te da la gana. Tan simple, como querer serlo. 

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