Duele la palabra en la mano que no sueña con el verso. Duele aún sin saber que le hinca en lo más profundo de su prosa. Aquella mano que se niega a la pluma y al papel. Duélele tanto, que cuando se abre, de sus dedos brotan caricias al vacío.

sábado, 5 de mayo de 2018

Sueño de amor y no.

Voy a cerrar los ojos, así como quien quiere y no, desesperadamente, soñar con lo que le es prohibido. Quizá esta vez tenga más suerte que la última y te des una vuelta por el rincón de mi soledad. Y aunque me duela verte y no, y tocarte y no, y amarte y no. Después que la luz se apague y todos duerman. Entonces y solo entonces, de ojos abiertos te buscaré en mi sueño y te amaré perdida y locamente, aunque aún me quieras y no.

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