Duele la palabra en la mano que no sueña con el verso. Duele aún sin saber que le hinca en lo más profundo de su prosa. Aquella mano que se niega a la pluma y al papel. Duélele tanto, que cuando se abre, de sus dedos brotan caricias al vacío.

lunes, 31 de mayo de 2021

La oveja negra

Déjame oveja negra, 

déjame renegada, descolada. 

Déjame y no refutes mi proceder indigno de tu continuidad infame. 

Obra del libre albedrío y de la consciencia propia. 

Déjame y no me mires, no me escuches, no me hables de tu mundo previsible y caducado. 

Déjame futurista, soñadora, dueña de mi espacio y de mi tiempo. 

Déjame oveja negra!